2/4/07

ESE DOLOR QUE NO SE PUEDE COMPARTIR CON ALGUNOS...


El dolor que produce la ruptura de una pareja a veces es similar al dolor de muelas. Al principio nos quejamos y lloramos frente a la primera persona que tenemos cerca. El que escucha nos aconseja tomar un calmante específico y famoso para que se nos vaya el dolor. Al día siguiente , y a pesar de haber tomado el brebaje en cuestión, nos sentimos peor que el día anterior, estamos ojerosos, débiles, ¡Horribles!, entonces insistimos y volvemos a quejarnos frente al la misma persona que nos aconsejó y escuchó cuando todavía no se nos había hinchado la cara. Es posible que hayamos dado con el sujeto equivocado y que nunca haya sufrido un dolor de muelas y menos una extracción. Paso siguiente y obvio nos manda al odontólogo. Ya en un grito acudimos al profesional en cuestión. Vuelta de medicamentos , una semana más de molestias, una semana más de quejas, y el otro ya ni nos escucha, ó en el peor de los casos nos dice “Ya falta poco”. Y llega el día, ya la muela se nos fue. Con la cara todavía hinchada, anestesiada, hablando como idiotas, echando sangre por la boca, sin poder comer, todavía pálidos, flacos, ojerosos y ¡Horribles! y esa misma persona con expresión de superada nos dice “ Je.., ya está, mañana vas a estar bien”. ¿Y que le vamos a contestar al que nunca pasó por esta horrible experiencia?. Bueno, por si alguien nunca transitó por una situación similar lo que sigue es lo siguiente:

1) En lugar de la muela queda un “Banquito de sangre coagulada”.
2) La sangre se va secando de a poco y el “el huequito” queda por unos días “intocable”.
3) Tapar o no tapar el hueco, esa es la cuestión.

Voy a referirme al punto 3 . Algunos tapan el hueco lo antes posible, con el mejor de los materiales que le puedan ofrecer. Esos son los que se empecinan en sonreír lo antes posible, que todos vean “Su nueva y superior adquisición”.
Están los otros, los que tapan los que ellos llaman el “agujero” con material de segunda, con tal que “no se note”, pero no confiesan a nadie que el lugar les quedó tan sensible que apenas si pueden comer de “ese lado”por un largo tiempo.
Por último están los que no tienen apuro cubrir “el espacio vacío” y entonces dejan de reír por un tiempo, seguramente si se cruzan con aquella persona que nunca pasó por la experiencia, le dirán que ya están bien con una sonrisa cerrada y tapándose - por las dudas la boca con una mano- y el otro -¿Qué otra cosa podíamos esperar?- dándole una palmadita en la espalda le contesta. “Pero claro, estás bárbaro, que te va a doler si ya no tenés más la muela, Je..Je...

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