27/8/07

LAS 100 FORMAS DE DECIR NO

NO, una palabra tan corta y que encierra un laberinto de significados para el que no sabe utilizarla a tiempo y en forma adecuada. Sería muy simple y fácil contestar NO cuando no queremos salir con una persona, cuando ya no soportamos a un grupo de gente porque no tenemos nada en común, como para dar un ejemplo. Sin embargo el NO en algunas situaciones se convierte en una verdadera tortura para el que no se anima a decir NO. Las razones por lo general tiene que ver con no herir al otro, con no hacerlo sentirse rechazado. Personalmente creo que el peor estado que puede soportar una persona es la incertidumbre. Un NO inteligente a tiempo con una excusa que calce perfecta para la ocasión es mucho más sabia que 3 vueltas de NO juntas. Algunas personas nacieron con ese triste don, no saben dar un NO a tiempo. Ellas sólo quieren cansar a sus víctimas y si éstas tienen sentido común y amor propio se retiran a tiempo, es lo más sano, créanme. No tiene sentido perder el tiempo en insistir, insistir e insistir. El NO ya lo teníamos desde el primer NO aunque estuviera disfrazado de SI. Para tomar dimensión de lo que digo basta con verlo desde afuera para sentir vergüenza ajena. Mujeres brujas desesperadas por conquistar a un hombre que a su vez está enamorado de otra. Hombres obsesionados por mujeres que ya no los quieren o no los quisieron nunca. Puro gasto de energía. En algunos casos para que exista una víctima tiene que existir un victimario. Entonces para esas personas va este consejo:
No dejen la puerta semi abierta porque un suspiro la puede cerrar, bajen de una vez la cortina metálica sin violencia, sólo hace falta seguridad y fuerza.
Para las “víctimas” va este consejo:
Darse cuenta a tiempo, dejarse llevar por la intuición y no insistir más.
No tengamos rencor hacia quien nos dice un NO, tratemos de respetarlo y entenderlo.
Por último para que no haya más víctima ni victimarios,
NO SABEN QUE LIBERADOR PARA AMBAS PARTES ES DECIR ¡NO!





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