24/5/07

¿Autoexigencia ó Autotortura?

Conozco personas que son tan exigentes consigo mismas que pretenden de los demás el mismo comportamiento, es más, hay un desprecio explícito por quienes no actúan de la misma forma. Pienso que hay distintas etapas en la vida como formas de autoexigirse. Si somos demasiado jóvenes tal vez sea bueno trazarse un objetivo y cumplirlo en un determinado plazo siempre y cuando nos haga felices. A medida que pasan los años debemos cumplir con más obligaciones y en ellas incluyo las “insatisfacciones”. A veces no alcanzan las veinticuatro horas del día en hacer todo lo que quisiéramos así que mejor no saquemos porcentajes. Ya sabemos quien gana . Grave error es convertir lo que nos gusta en una obligación, para dar un ejemplo: Si queremos aprender algún idioma y sabemos que somos de madera, vamos a un lugar donde hay gente de distintas edades, un profesor que entra y sale hablando únicamente en el idioma en cuestión, salimos aturdidos, no entendimos nada, no pudimos anotar nada y encima nos sentimos unos inútiles que no servimos para nada..Nada más lejos de la realidad. En lo que nos equivocamos seguramente es en la elección del lugar. Hay un momento en la vida en que podemos elegir a nuestra medida. Si nos cuesta aprender un idioma nada mejor que conseguir un profesor particular de acuerdo a nuestros horarios y nuestro bolsillo, solo hay que buscarlos, son como las brujas, parecen que no existe pero que los hay....hay que moverse. Hace muchos años atrás fui víctima de una estafa en un lugar donde supuestamente enseñaban computación. Éramos tres personas para una sola computadora, una “pendex profesora” que repartía una hoja fotocopiada mil veces donde supuestamente había “ejercicios” que debíamos practicar. El único tipo que entendía algo de computación se sentaba frente a la pantalla, la otra chica y yo a ambos lados de nuestro Rey León, a quién nosotras no podíamos dejar de mirar de reojo. Demás está decir que nunca rozamos ni siquiera una tecla y de vez en cuando advertíamos que había un monitor. Cabe destacar que nuestro “galancete en cuestión” se adueño con un cariño muy especial al “mouse”, diría, con tal posesión que no lo soltaba ni a jirones. Doble estafa. Con el tiempo, a veces a los golpes y otras veces a las caricias, sigo aprendiendo y sorprendiéndome hasta donde puedo llegar navegando sin levantarme de una silla. Aunque más de una vez me sacó de mis casillas y llamé a mi impresora por su verdadero nombre “ H.P”.
Otro ejemplo son los Gimnasios. ¿Por qué será que la mayoría de la gente tiene cara de estar chupando un limón? Bueno, es muy sencillo, si no soportamos semejante gesto podemos adquirir un video o grabar algún programa de cable y con la peor ropa que tengamos en casa, pero felices, podremos hacer nuestros ejercicios sin que nadie nos moleste. ¡Así que basta de exigirse y molestar a los demás con el sermón de los “objetivos cumplidos” que lo único que se logra es ganar estrés . ¿Para qué? ¿Para lograr el aplauso de los demás? ¿Y nosotros qué? Lo más sano a la hora de poder elegir es hacer lo que se nos antoja y cuando se nos antoja. Si alguien quiere exigirse de forma obsesiva que lo haga, lástima que nunca va a lograr el verdadero objetivo: Disfrutar de lo que tiene.

No hay comentarios.: